indígenas se capacitan para salvar la tierra

indígenas se capacitan para salvar la tierra

    Los pueblos indígenas conforman el 8 % de la población latinoamericana, pero salvaguardan un quinto (22 %) del territorio. En su mayoría son territorios críticos para contrarrestar el cambio climático: bosques tropicales, bosques semiáridos, paramos andinos, desiertos y ricos ecosistemas costeros. Los jóvenes indígenas están en la primera línea de defensa contra el cambio climático, pues sus comunidades están entre las más afectadas, a pesar de ser las que menos contribuyen al problema.
“Son las nuevas generaciones que están pudiendo poner a dialogar su vida dentro del mundo globalizado, capitalista y de nuevas tecnologías con el rescate de los saberes propios de los pueblos indígenas”, indica Dali Angel, mujer Zapoteca de Oaxaca, México. Años promoviendo la agenda de las juventudes indígenas en la región la llevan hoy a coordinar el programa de mujer y juventud de la Secretaría Técnica del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC).

En una conversación virtual, Angel compartió sus conocimientos en el marco del nuevo programa “Voces de las Juventudes Indígenas para la Acción por el Cambio Climático” que capacitará a 90 jóvenes de Pueblos Indígenas en la región. La iniciativa, liderada por Fondo Indígena para América Latina (FILAC) en colaboración con la Universidad Autónoma de México, la Universidad Indígena Intercultural, la Red de Jóvenes Indígenas, el Foro Indígena de Abya Yala (FIAY) y la Universidad Carlos III de Madrid, cuenta con el respaldo del Banco Mundial y busca fortalecer la capacidad de la juventud indígena de toda la región para participar de manera más efectiva en la agenda climática de sus países y comunidades.

El programa no se limita a brindar información, sino invita al diseño conjunto. Las universidades participantes, la Red de Jóvenes Indígenas, el FIAY, bajo el liderazgo de FILAC, garantizarán que los módulos incluyan tanto el conocimiento occidental como el tradicional de los pueblos indígenas, apuntando a una asociación donde los dos saberes se complementen.

¿Qué significa diseñar el programa de manera conjunta, es decir, teniendo en cuenta los conocimientos tradicionales y los conocimientos occidentales?

Estoy ahora en un curso y llegó un profesor con doctorado, un químico. Nos habla sobre el cambio climático, pero desde esta visión científica. Eso es muy importante saber y conocer y también viene de vuelta. Los científicos tienen que saber y responder y reconocer los conocimientos propios de los pueblos indígenas. Entonces, es como de una parte y de la otra. Nosotros no tenemos todos los conocimientos, ni ellos los tienen. Entonces cómo conjugamos ambos conocimientos y ambos saberes.

También es muy importante no idealizar, como pueblos indígenas, porque tenemos ciertas prácticas que no necesariamente son propias de nosotros, pero que las hemos adoptado y las hemos apropiado y que tienen que ir cambiando. Porque aquí vamos a hablar de cambio climático, de tierra y territorio, no podemos desvincularlo de los derechos de las mujeres y las juventudes indígenas. Porque tenemos nuestras particularidades y nuestras especificidades. Entonces no vengas y me hables de cambio climático cuando dentro de la comunidad se están violentando los derechos de las mujeres indígenas.

¿Por qué las juventudes indígenas deben formarse y capacitarse?

Una amiga que trabaja en una fundación me dijo hace muchos años “Dali, no basta con ser indígena. Tienes que adquirir otras herramientas si quieres hacer frente al mundo actual”. Y en ese momento yo me dije “pero por qué, si para mí basta con ser Zapoteca”. Pero no es así. Tenemos que aprender, tenemos que adquirir nuevas herramientas, tenemos que fortalecer nuestras capacidades, tenemos que aprender a dialogar con los tomadores de decisiones.

¿Por qué trabajar en temas de cambio climático es especialmente importante para las juventudes indígenas?

El cambio climático ha tenido afectaciones negativas en los territorios indígenas donde se conserva la gran parte de la biodiversidad, de los recursos genéticos en territorio indígena. A pesar de que los pueblos indígenas han tenido esta relación armónica con el medio ambiente, con la biodiversidad, con el territorio, están siendo afectados. Estamos sufriendo los desafíos del cambio de clima y por lo tanto es muy importante que se trabaje con los pueblos indígenas y que los pueblos indígenas den sus recomendaciones de cómo hacer frente a esta situación.

No podemos crear programas, políticas públicas para medidas de mitigación o adaptación al cambio climático sin consulta con los pueblos indígenas. Y yo creo que ahí es donde entran las nuevas generaciones a jugar un rol fundamental, porque ellos son los transmisores de conocimientos y saberes tradicionales. Por otro lado, yo creo que son las nuevas generaciones que están pudiendo poner a dialogar su vida dentro del mundo globalizado, capitalista y de nuevas tecnologías, con el rescate de los saberes propios de los pueblos indígenas. Yo creo que tenemos una generación con muchas oportunidades y que hay que hacerles caso. Hay que escucharles.

Ese es, precisamente, el objetivo de la alianza que establecieron el Banco Mundial y FILAC con organizaciones indígenas y académicas de la región de América Latina y el Caribe y de España: fortalecer la voz de los jóvenes indígenas en la toma de decisiones frente al cambio climático.


Angel identifica tres elementos que no pueden faltar en los programas de formación para juventudes indígenas, no sin antes recalcar que “no es solo ver a las juventudes indígenas y a los pueblos indígenas como un ente vacío que hay que llenarlo de conocimiento”, dice, “es escuchar lo que tienen que decir”.Brindar herramientas para que sirvan a las juventudes indígenas ante el contexto global que vive la sociedad actual.
Conjugar los saberes y conocimientos propios de los pueblos indígenas con el conocimiento científico occidental.
Dar seguimiento a líderes ya formados para identificar qué pueden hacer para regresar lo aprendido a su comunidad y tener incidencia a nivel regional o internacional. Así se evitaría la fuga de cerebros. (Banco Mundial)
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