En Piura amamos y veneramos la Bandera Nacional

En Piura amamos y veneramos la Bandera Nacional

MONSEÑOR JOSE A. EGUREN ANSELMI
      La mañana de hoy, con ocasión del día de la Jura de la Bandera, y en conmemoración de la epopeya gloriosa de la Batalla de Arica y de la inmolación del Coronel Francisco Bolognesi, héroe máximo de nuestro Ejército, nuestro Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., pronunció una Oración Patriótica ante tal importante fecha, durante los solemnes actos que se realizaron en la Plaza Bolognesi de nuestra ciudad.
         Durante su participación, Monseñor destacó que: “En Arica, la victoria pudo ser chilena, pero sin lugar a dudas el heroísmo fue peruano. Podríamos afirmar que, Arica fue Tabor y Calvario a la vez. Tabor, porque un grupo de valientes transformaron su inmolación en un excelso acto de amor puro por el Perú. Calvario, porque con su sacrificio y sangre derramada, 1,500 compatriotas nos dejaron una excelsa lección de cómo se ama, se defiende y se sirve a la Patria: Con desinterés total hasta entregar la vida por Ella, si es necesario. Aquel árido peñón fue Tabor donde se transfiguró el alma del Perú, y Calvario donde murió en cruz un pueblo generoso, encarnado en los Heroicos Defensores del Morro.
        Nuestro Arzobispo hizo un llamado: “Los exhorto esta mañana, a que dejemos de lado todo aquello que daña a nuestra querida Patria: La corrupción, los negociados, la inmoralidad pública, la desunión, la mentira, la calumnia, la improvisación, y el incumplimiento de nuestros deberes como autoridades, ciudadanos, y cristianos. Comprometámonos más bien, a trabajar por una Patria unida, decidida a realizar, de una vez por todas, su destino histórico. No hacerlo, sería desconocer el sacrificio de Bolognesi y de los heroicos Defensores del Morro. No hacerlo, sería olvidar la sangre derramada de tantos compatriotas y compañeros de armas que, a lo largo de nuestra historia hasta nuestros días, han dado sus vidas por el Perú. No hacerlo sería olvidarnos de las conmovedoras palabras que Bolognesi le escribe a su esposa en su última carta de fecha 22 de mayo, y que son para su Ejército, y para todos los peruanos, un enorme desafío a vivir: «Nunca reclames nada, para que no se crea que mi honor tiene precio»”.
           Nuestra única Bandera: La Roja y Blanca
             Monseñor Eguren recordó que: “En Piura amamos y veneramos nuestra Bandera Nacional. Orgullosos la izamos siempre. Jamás nos atreveríamos a cometer el sacrilegio de impedir su izamiento, y menos aún, de que sea sustituida por otra basada en pretensiones separatistas, y en peligrosas ideologías raciales que tan solo dividen y generan odios. El Perú tiene UNA sola bandera que nos envuelve y ampara a todos, y esa bandera es la Roja y Blanca. Asimismo, aquí en Piura respetamos y honramos a nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, y en particular a nuestro Glorioso Ejército, presente en nuestras cálidas tierras del Norte, con su siempre victoriosa Primera División, no sólo porque cada vez que el Perú se lo ha demandado ha sabido defender la integridad de nuestra frontera norte, haciendo respetar hasta el último centímetro de nuestro sagrado territorio nacional, sino porque además, cada vez que los desastres naturales y sanitarios se ensañan con nuestra Región, nuestro Ejército realiza una gran labor solidaria, saliendo de sus cuarteles, para trabajar en acciones cívicas en favor del pueblo piurano. Por eso, jamás se nos ocurriría denigrar, insultar, y menos aún, agredir, a los que visten el sagrado uniforme de la Patria”.
           Finalmente, nuestro Pastor pidió: “Que esta conmemoración de la Batalla de Arica, sea también ocasión para hacer un llamado a los miembros de nuestro Ejército, para que, siguiendo el ejemplo de su ínclito patrono, el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, hagan que su institución sea siempre digna, formada por oficiales y subalternos íntegros, honrados, intachables y virtuosos, para que así nuestro Ejército sea siempre un activo moral para el Perú. Pero a su vez, pedimos desde aquí al Supremo Gobierno, que tome decisiones definitivas para modernizar a nuestro Ejército, y a nuestras Fuerzas Armadas, y Policía Nacional. No permitamos que el Estado Peruano sea un Estado que recela de sus Fuerzas Armadas, manteniéndolas débiles”.


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