El secretario general de
la ONU, António
Guterres, ha anunciado haber conseguido promesas por valor de dos mil
millones de dólares, de los países asistentes en Ginebra a una conferencia de
donantes internacionales, para enviar ayuda humanitaria a Yemen que, en sus
propias palabras, “atraviesa la peor crisis humanitaria del mundo desde la
Segunda Guerra mundial”.
Lo más sorprendente de este estallido de solidaridad con un país
que lleva tres años desangrándose en una guerra civil, y en el que 22 millones
de ciudadanos, tres cuartas partes de la población (27,58 millones)
precisa ayuda humanitaria urgente, es que un tercio de los fondos
prometidos, 930 millones de dólares, ya han sido donados por Arabia Saudí y los
Emiratos Árabes (los mismos que figuran en las camisetas del Real Madrid, entre
otras cosas).
El
resto hasta los dos millones deberían proporcionarlo los cuarenta estados y
organizaciones que han asistido a la conferencia de Ginebra, ha precisado la
Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitario (OCHA),
y deberían hacerlo inmediatamente porque, de nuevo en palabras de Guterres, “la
amplitud del sufrimiento que vemos en Yemen necesita una financiación rápida y
completa”; manifestación que ha cerrado con un lamento: “Se necesitan
soluciones humanitarias para las crisis humanitarias”.
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