Bajo el
lema, “lo que más me duele es cómo me
miras”, se celebra el 11 de abril el día
mundial de parkinson. El aislamiento social de las personas
afectadas y la vergüenza social que se asocia a esta patología hace que los
pacientes se sientan mal cuando dicen padecerla.
La enfermedad
de parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta
al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Es la segunda
enfermedad neurodegenerativa más prevalente después del Alzhéimer y se engloba
dentro de los llamados trastornos del movimiento.
Según las últimas investigaciones existen nuevos
resultados para detectar con mucha antelación la enfermedad de parkinson y
frenar así su degeneración restableciendo las neuronas dañadas.
El
estudio ha sido publicado en la revista Molecular Therapy y
han formado parte investigadores delHospital Vall d´Hebron.
Según los datos que citan, se puede demostrar por primera vez en su estudio,
que la sobreexposición del factor de transcripción TFEB en neuronas
dopaminérgicas tiene además de un efecto neurotrófico; un
efecto neuroprotector. Esto ha sido probado en roedores que padecen la
enfermedad y podrá ser la vía para saber cómo incrementar las enzimas que
sintetizan la dopamina.
Es
muy importante detener la enfermedad pero lo más importante para los
científicos es prever que va a debutar así como rescatar a las neuronas
afectadas y sanarlas. Si estas sufren una atrofia, con la sobreexposición de
TFEB recuperarán su tamaño normal y también su funcionalidad.
A
día de hoy se desconoce la razón por la cual las neuronas se mueren por esta
enfermedad, aunque se sabe que en España al menos 160.000 personas están
afectadas y la tardanza a la hora de diagnosticar la enfermedad supone que
entre uno y cinco años aumenten los pacientes que comienzan a tener cuadros
complejos. La pérdida de la sustancia negra provoca la falta de movimientos que
dan lugar a temblores, rigidez u otras características de la marcha que impiden
hacer una vida normal.