En épocas pasadas,
construir una casa solo requería de tierra cruda. Era –y es- una forma
ecológica y económica de levantar una vivienda o cualquier construcción. Luego,
el avance industrial dio paso a construcciones con elementos de difícil
reciclaje y hasta tóxicos. Dadas estas circunstancias, los defensores del barro
como materia prima para las construcciones defienden su reivindicación. (Jue, 08 Feb 2018)
La tierra está disponible
en cualquier lugar y es abundante. Su utilización trae múltiples ventajas y
seguridad estructural. De hecho, según diversos estudios, un tercio de la
población mundial vive en casa de tierra. En muchos países desarrollados
se siguen haciendo construcciones de este tipo de forma más
frecuente. Este material, de fácil acceso, predomina en los países con
mayor necesidad de viviendas y pocos recursos como en África, América Latina y Oriente
Medio. Como ya dijimos, construir una casa de tierra tiene muchos
beneficios: son más eficientes porque consumen menos energía, son buenas para
la salud, otorgan un ambiente climático agradable ya que la tierra tiene una
gran capacidad para almacenar el calor y luego cederlo, así que atenúa los
cambios de temperatura. Esto último las hace idóneas para climas áridos.
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